Techo de cholgüan
Desde ayer que llueve, con sol o sin sol, llueve. Lo que no es malo, el humo se nota más. De mi techo desfigurado por las lluvias de los otros inviernos, manchado de goteras históricas. La mancha se extiende armoniosa mente con todo lo que tiene que ver conmigo, con lo que creo que soy. La veo transformarse en un mapa de mí, es un texto húmedo, con nombres, postales donde estuve o quise estar.
Todo el techo dibujado como el mapa de la tierra media. Las gotas se van uniendo en la ampolleta de 60w humeante… empañada.
Pareciera que va a explotar en cualquier momento. No me asustaría ver los pedazos de vidrio escondiéndose en la oscuridad de
Cae
Veo es esqueleto de tu auto estima colgando de mi ventana.
Tu cara después de pasar por mis puños enrabiados, esos que me muerdo cada vez que escucho como eco que te odias tanto.
¿Por qué no compartes y me odias un poco a mí?
Apague la luz para dejar que algo cubra las cicatrices que dejaron tus pies en mis mejillas como el mar cuando arrastra la arena. Tan salado.
Abandóname como la imagen borrosa, entre sabanas, esas que no me dejaron ver al que me toco por primera vez. Estas tapizando mis pesadillas de blanco, todas las que se cumplen.
Vuelvo a tu cara amoratada de frio, quejándote de lo triste que es todo, solo quiero que te calles. Que
calles junto con la ciudad que cada vez está más embravecida.
Ahora repartes un poco de odio, finalmente puedo soltar la cuerda, dejar que todo se vaya. Para quedar en silencio. Los edificios se caen para acompañarte, la música, tus ruidos y mis pesadillas.
Me cortas las alas una por una
me marcas con fierros calientes
amarras mi canto con tus hilos
entre tus manos
los barrotes de tus dedos
mi suelo
tu palma cálida
sin voz
como le digo que no volare lejos
me alimentas y me cuidas
techo y cobijo entre tus manos
jaula de piel
volaría para escribir en las nubes
no quiero libertad
fría
solitaria
fieras peligrosas.
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