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miércoles, 29 de agosto de 2007

EL SIGNO DE TU FRENTE

Por: Oscar Hurtado .-
(Taller Moda y Pueblo / día miercoles)

En el tiempo que madura
se genera el espesor del tiempo perdido.
Y en esa espera que contempla
está el padre, que se transformó en hijo
y que vuelve a su rol inicial
esperando en las locomotoras añejas
de ese 1858 en que ni siquiera pensaba nacer.
Pero sucedió.
Y fue hijo.
Y Luego padre.
El padre Transformista
que viste con las ropas del hijo
pero que finalmente
vuelve
en este nuevo tiempo
y en esta nueva mañana
Al rol del padre.
Al padre que espera
el regreso del hijo

y te llama:
Orazio , Orfeo o acaso es Octavio, no, ese no.
Ese es el octavo día
Día que repite insaciable la creación de nuevos cielos
Que sean moradas para nuevas aves mutiladas.
Aves que cantan con una sola nota.
Aves monofónicas.
Aves que entona nuestra exclamación rusa de la paz. La Tierra propia.

Y tu sigues en la lucha (¿acaso lo sabrá?).
Y sientes su voz que viene del desierto.
Lejano,
y te llama
pero no por tu nombre.
Es Obed?,Orígenes?????, Oderico???????, Olegario?????????????????

Y también está la madre que recuerda
en el sopor del olvido
que era la abuela
y busca hombres imaginarios
con los que acercarse a los juegos originales
con un OMAR,
¿acaso lo eligió ella misma?,
¿acaso lo soñó?,
o sólo fue el espejismo
que la hace ver entre retazos
un agua cristalina
que repite el nombre,
un nombre
que no alcanza apercibir totalmente
pero que cree que es Omar.
Sí, es Omar,
por ser primer hijo y discípulo;
altavoz dotado;
famoso.

Y los hijos de la abuela
están en el intersección,
donde olvido y vergüenza se ponen
uno a cada lado del espejo
y parecen ser sinónimos
y donde se inventan nombres
que configuren una realidad posible,
de ese hecho que no fue
que quedo en el recuerdo,
en el llamado del padre
que se hizo hijo
y que vuelve a ser padre.
Pero ¿de quien?,
de ORLANDO
que viene del país excelso
(país de reyes y soberanos) o de
Oria que es oro
o de Oriol que es dorado

Nombres que guardan el resabio
de un hijo que no fue,
el hijo que será problemática social ,
las luchas olvidadas en los sitios exclusivos
el hijo que transforma al padre,
que se hizo hijo,
y que vivió con la herencia de la juventud devuelta
por quién sabe qué.
Pero que recuperó una juventud tuerta
que de su única ventana
empañada
por el vapor del olvido
no lo dejó ver
las noches que se hacían más largas.
En los bares.
En el nuevo apartamento de soltero.
En las nuevas promesas de amor.

Es la poca orientación.
Lo único que saben
es que nunca desearían un OLIVERIO, que en verdad
es sólo Olivia que es ramo de paz envuelta en papel de periódico lista para
alumbrar la estantería de sus cuartos vacíos.

Pero no pueden elegir el signo de tú frente.

(Es eso lo que se pierde cuando se gana)

Y al ver tus gustos,
Que son tu manera amanerada de pensar.
Imaginan.

En el gusto por los hombres
se configuran otros nombres
que en otra instancia
hubieran sido motivo de alegría.
Ahí se embarcan
por esta locomotora que se extiende
41 km y 81 y 151 después,
que ahora dicen que son miles
de años de distancias,
los gustos por las Olgas Sagradas
o a las Olimpias Celestiales.
Pero nunca por las OFELIAs,
que es la que no agrada,
por ser Serpiente,
que tienta,
es la mujer en que los hombres
difaman a otras mujeres.
Nunca debe ser Ofelia.
Peor aún seria tener una Odile.
Por ser nombre de dios(a)
y porque sabe que si Dios es hombre
el hombre es Dios.
Puede ser Odell
o incluso Olinda.
Siempre son más preferible las
Otilias
que aunque sean Ricas
No lo es más que OTÓN
Y su gemelo Oto,
nombres que reflejan el alma masculina
que es montaña y dueño (¿es realmente así¿).
Son las Otilias sirvientas, esclavas y asistentes,
todo a la vez.
O Las Olgas que prosperan y que son invulnerables,
o el tesoro que oculta a Odette
……. Todas ellas……… Que surgen………………….. Bellas.
pero que en tu nombre masculinizado se vuelven en ruido atroz
se vuelve el pecado a remediar
y nace en el imaginario
el Orestes enamorado de su par Otón.
O los OSVALDOs que surgen del recuerdo de una discotheque en llamas
que ahoga la música estridente
en que se entretejían los besos ocultos (dicen que prohibidos)
de hombres viejos con hombres novatos,
hombres casados con hombres vírgenes,
hombres con hombres.
Y donde los números salieron a bailar
alrededor de la pista
donde sus pasos se cifraban en clave Morse
siguiendo la coreografía de Anaí que se transformaba en Lucía Méndez
con la misma facilidad con que los machitos-padres
se convierten en los machitos-hijos.
¿Y el show final de Kika y sus bailarines?
El show final era el fuego,
el show de este país mezquino y fóbico.
Ese es nuestro show colectivo.
Y los números siguen y se multiplican:
El 4 del 9 del 93,
3 y media de la mañana,
32 horas de rescate de cadáveres
maquillados y disfrazados para su función estelar.
150 llamadas telefónicas
De los otros cadáveres, cadáveres en vida
Que siguen habitando esta nación.
El 17 del 9 fue el examen dactilar
(y tú ¿cuándo se lo dirás a tu padre?)
El 18 que es 16
Y que se vuelve 23
Y que esta patria
hubiera querido que sean 2.978.765
los que hubieran quedado tras las llamas.
Y Satán, dónde está Satán.
Corría por las calles.
Libre e Inexpugnable.
Y ahí estaba tu padre
sufriendo por ver la transmisión
del partido de la selección Sub 17
en el mundial de Japón.
De Chile v/s República Checa
luchando por un tercer o cuarto lugar.
Mientras los otros chicos
se escondían en un cuarto o baño maternal
escapando del cuadro infame
que se les mostraba.
Mientras que en el mismo momento cantaba Buddy Richard
en el restorán Don Giacomo de Viña,
y Lucho Muñoz, el rey de la cebolla, deleitaba
en el Teatro Municipal de la ciudad jardín.
Canciones que escuchaban los padres de esos chicos
Por ser canciones de amor.
El idilio que une la carne masculina con la femenina
y la hacen una.
Pero las Otras Mujeres,
la que se escribe con mayúscula.
¿Dónde están?
Están en el olvido.
Por ser roce secreto que no nace del padre.
Y están los Ovidios y lo Relativo a la oveja (¿acaso descarriada?).
Y Lo relativo al Pastor.
Nombres y Hombres que se enfrentan al sida,
a la indolencia sórdida del odio ajeno
y a la perversión del sujeto.

Y en eso está el padre ¿Qué dice el padre?
Dice que tu experiencia
es la historia del aprendizaje.
Dice que la historia del hijo
son las historias de los abuelos
que hablan de la superación:
ese quiebre con lo Otro.

y en eso el padre recuerda su propia historia
su yo en recambio
que fue el joven
que se hizo padre
que luego volvió a ser hijo
y que ahora vuelve a ser padre
y que sabe que ese es el trofeo mayor
es el reencuentro
que no anula nuestras historias de equívocos fatales
sino que los revive
y nos vuelve más hermoso.

Pero no seas pendejo
eso es lo que tú quieres oír
Porque fue la madre que se volvió padre
(Y no el padre verdadero, hey en serio: ¿cuándo se lo dirás?)
La que te escucho
y que si le quedara fuerzas
sería las mismas piernas que te han de guiar.
Y que por el descuido del padre que no hizo nada
se atrevió a hacerlo Todo.

Porque tu nombre fue sacado de las páginas apócrifas de la realidad.
Porque en un principio fue solamente eso el
Ósculo
Sediento y
Carmesí.
Amador y
Remolino
(que se vuelve ciclón,
vórtice y vorágine,
torbellino y huracán,
tifón y manga de deseos contrapuestos)
es el pecado que enfrenta su superación
y que en ella se vuelve botín de lucha

Oscar despierta.
Porque nadie se atreve a pronunciar tu nombre
Sólo tu madre y tu hermana
(ambas hechas padre)
Y quizás también las prim(a)s y las ti(a)s
Y también los primos criados por las ti(a)s
Y los tíos criados por la abuel(a)
Y el abuelo criado por la bis-bisabue(la).
Oscar ese es tu nombre que vuelve y se revela
aunque ni yo pueda pronunciarlo,
por ser hijo del padre
Por ser nombre de resabios,
nombre de reencuentros,
el nombre de las grandes nobles verdades.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

weno weno
el signo d tu frente
me gusto
ta bkn =)

xau

Anónimo dijo...

Hoooola!!!

LLegué aquí por recomendacion de mi muy querido amigo carlos =) Me gustó mucho el poema... es muy profundo. Muuuy bueno, realmente. No ando muy inspirada para dejar un comentario mas largo, pero está muy bueno... ;)

eso...
saludos... =)
xaitos...

Peluliana Extraterrestre

Anónimo dijo...

Me has impresionado con lo espectacular que escribes. Eso sí reconozco que a pesar de leer detenidamente tu poema una y otra vez no logre descifrar 100% el trasfondo de él Pero bien comparto la idea del transcurrir del tiempo, no es de extrañar que los de ayer no seamos los mismos de hoy, así mismo los de hoy no somos los mismos de ayer y los de mañana no serán ni los de hoy ni los de ayer, nada permanece siempre en la vida porque el transcurso del tiempo arrasa con todo.
Veo que dices mucho de ti en “El signo de tu frente” el español es un universo de palabras con el cual (si sabemos configurarlo adecuadamente) podemos sumergirnos en una dimensión paralela, utopica, adentrarse en uno mismo. Desprenderse de los limites de lo posible y imposible.
¡¡Felicitaciones muy buen trabajo!!